El bruxismo es una de las patologías más habituales en la población adulta. También se le conoce como rechinamiento de dientes y está relacionado con el estrés y la ansiedad.
Aunque suelen padecerlo en mayor medida las personas adultas, también se dan casos en niños cuando les están saliendo los dientes de leche o bien la dentición definitiva. Sin embargo, este hábito que se realiza de manera inconsciente, suelen sufrirlo durante un corto periodo de tiempo y después tiende a desaparecer.
¿Cuál es el origen del bruxismo? Hoy en día se sigue estudiando las causas del bruxismo, pero se cree que son los neurotransmisores del sistema nervioso central y los genes relacionados con ellos sus causantes.
Los síntomas que padecen las personas bruxistas son entre otras: frecuentes dolores de cabeza y migrañas, dolores de oído y despertar con la mandíbula dolorida. Además, los dientes presentan un desgaste visible debido a la fricción que hacen unos con otros cuando se aprietan o rechinan entre sí.
Además, las piezas dentales van perdiendo sus componetes: el esmalte, luego la dentina…y como consecuencia se ven más amarillentos. Gradualmente, el diente se va fracturando y desgastando, por lo que aparece la sensibilidad dental.
Ante la presencia de estos síntomas, es muy importante acudir a tu dentista para que en caso de que exista bruxismo, se pueda tratar desde el primer momento.
La solución más frecuente para frenar el avance del desgaste de los dientes y evitar la aparición de lesiones en las articulaciones temporomandibulares, es la utilización de una férula de descarga. En la mayoría de los casos, su uso es nocturno y son idóneas para aliviar los dolores, relajar la musculatura y por supuesto, para evitar que los dientes sigan desgastándose.
Cuando un paciente presenta un bruxismo severo durante muchos años y nunca ha acudido al dentista debido a la ausencia de dolor (la patología puede ser indolora), además de usar la férula de descarga para evitar que evolucione el desgaste dental, será necesario realizar una rehabilitación oral completa. Con ello, nos referimos a volver a añadir los trozos de diente que se han desgastado para restaurar la función masticatoria del paciente y también su estética dental.
En estos casos, la sonrisa suele verse totalmente plana y sus dientes tienen un tamaño muy pequeño debido a la fricción producida entre ellos. Esta situación puede derivar en que estas personas tengan una baja autoestima e incluso problemas para relacionarse socialmente. Cuando se rehabilita a un paciente con un bruxismo severo, aumenta su autoconfianza y su aspecto facial se ve más joven al adquirir una bonita estética dental y facial.
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