Es muy habitual que los niños sufran caídas y golpes a lo largo de su infancia y la parte de la boca es muy susceptible de recibir estos impactos. Una de las grandes preocupaciones de todos los padres es saber cómo deben actuar en estas circunstancias. Os damos algunos consejos para saber qué hacer sin perder la calma.
Durante el primer año de vida del niño, éste pasará de ir a gatas a comenzar a andar, por lo que las caídas suelen ser recurrentes y todavía no tienen el reflejo de protegerse poniendo las manos por delante antes de caer al suelo. En esta etapa es frecuente que puedan sufrir algún traumatismo dental, generalmente en los incisivos.
Los traumatismos dentales en los bebes pueden pasan desapercibidos hasta que los padres detectan un cambio en la coloración del diente o dientes afectados, que puede ser gris, amarillenta o rosada. Esto se produce como consecuencia de una inflamación o muerte del nervio del diente.
Entre los 6 y los 9 años es cuando las caídas pueden ser más peligrosas, ya que los niños son más activos e independientes y no necesitan de tanta supervisión por parte de los padres. En estas edades es más frecuente que los niños sufran caídas continuas jugando o practicando deporte, por lo que los traumatismos dentales son más comunes. En todos los casos, debemos acudir al dentista para que sea el odontopediatra quien valore el caso y le ponga solución.
¿Cómo actuar ante un traumatismo dental de mi hijo?
Ante una caída aparatosa, es primordial preservar la calma e intentar disminuir la ansiedad del niño para poder evaluar cómo se encuentra y los daños que tiene. Es muy importante que los padres se tranquilicen y no transmitirle el susto que se pueden haber llevado ellos mismos.
Los traumatismos dentales pueden tener consecuencias a largo plazo, como por ejemplo: cambio de la pigmentación, malformaciones, pérdida de piezas dentales, entre otros. Por estos motivos, en cuanto el pequeño sufre la caída, deberíamos acudir al odontopediatra para que valore el grado del daño en el diente o los tejidos alrededor de éste.
En cuanto el niño ha sufrido la caída, podemos comprobar con mucho cuidado si se mueve algún diente, si falta algún fragmento, o bien una pieza completa. Entonces actuaremos de la siguiente manera:
1. Trozo de diente roto
Si los dientes no se mueven, pero le falta un fragmento de diente importante, debemos buscarlo y guardarlo para llevarlo cuando vayamos al dentista. Si el niño se ha roto un trocito de diente muy pequeño, el odontopediatra puede pulir el diente. En el caso de que trozo roto sea de tamaño mayor, el dentista puede pegar el trozo roto al diente con unos adhesivos especiales.
2. Si falta algún diente
Si nos damos cuenta de que el niño ha perdido un diente, debemos buscarlo y guardarlo (sin frotarlo) en leche, suero fisiológico o bien en saliva si no se dispone de ninguno de los anteriores. Inmediatamente después se acudir al odontopediatra sin demora para que éste le pueda reimplantar el diente si se trata de un diente permanente. En el caso de los dientes de leche no se realiza este tratamiento, ya que podría existir riesgo de lesiones en el germen del diente permanente.
Otros datos de interés
Si observamos que tras la caída, el niño sufre pérdida de conciencia, dolor de cabeza, desorientación o vómitos, es preciso llevar al niño a un centro hospitalario para su control, así como cuando se observan deformaciones faciales, lo que indicaría fracturas mayores que las dentarias.
Si necesitas más información, puedes ponerte en contacto con nuestra Clínica Dental para niños en Xàtiva. Estaremos encantados de atenderte y cuidar de la salud bucodental de tus hijos. Pide cita llamando al 96 227 56 99.